Como ya se acerca la temporada de navidad, la época trae sentimientos que evocan principalmente nuestra infancia, y de esto echa mano el Marketing Emocional que empieza a verse en cada vitrina con colores y guirnaldas para motivar a los clientes a adentrarse al mundo de la navidad. Los seres humanos somos muy emocionales y gran parte de nuestras decisiones corresponden a esta variable; o sino como se explica que una mujer escoge a su pareja sin saberlo con grandes características de su padre, o que nuestros hijos nos convenzan de comprar artículos innecesarios solo porque su afiliación emocional no nos permite pensar racionalmente en la compra.
Igual sucede con las compras de navidad, son producto de muchas tradiciones y del interés de demostrar afecto a las personas que más queremos y nos permite sacar a flote todos los sentimientos de gratitud y armonía que permita expresar todo lo que llevamos en nuestro corazón y el Marketing saca provecho de estos estados para vender todo lo que los negocios promocionan no siempre con el mejor precio y se hacen su agosto en diciembre.
El marketing emocional representa una de las más grandes tendencias que permite a las marcas posicionarse como “necesarias” en el día a día del consumidor que irracionalmente se compromete con las mismas buscando llenar sus vacíos emocionales comprando y comprando en navidad.